Junio 19 de 2015. Fecha de grata recordación para el fútbol colombiano. Hace 1 año, el triunfo contra Costa de Marfil en Brasilia. Hace 25, el empate ante Alemania con aquel gol de Rincón. Hoy, en plena Copa América, y prácticamente la mitad de los partidos jugados. Todos han jugado 2 fechas y todo está por definirse. La Copa, a mitad de camino.
Hace una semana, el decorado era diferente. La Copa partió con un claro favorito, la Argentina del Tata Martino, con “aire en la camiseta” tras el Subcampeonato del Mundo en Brasil 2014. Y además con una nómina de lujo, sobre todo de mitad de cancha en adelante. No cualquiera puede llegar con los goleadores de la Premier y del Calcio y con el casi seguro quíntuple Balón de Oro. Un equipo destinado a terminar con 22 años de sequía en torneos grandes. Un escalón abajo, llegaban Chile, Colombia y Brasil. Este último, tratando de eliminar los fantasmas del Mineirao. Y tras estos 4 equipos, venía el actual campeón Uruguay, equipo en renovación tras haber tocado la cima de su rendimiento en 2011 y luego estaban todos los demás, varios en renovación como Paraguay y Perú, verdaderas incógnitas como Ecuador, Venezuela y Bolivia, y con 2 invitados: México, el de siempre, que vino con su equipo B y Jamaica, del que algún día sabremos las condiciones en que se gestó su invitación, la cual
probablemente tenga que ver con algún favor hecho por los amables dirigentes de la CONMEBOL.
Así se llegó a la Copa, con mucha expectativa, con un continente que estará en 2018 buscando terminar con la racha de 3 mundiales seguidos ganados por Europa y con la presencia de todas las figuras, excepto Suárez y su desproporcionada sanción. Con un anfitrión de lujo y la conducción de 6 DT argentinos, algo inédito.
Hoy, tras 12 juegos y 26 goles, se ha observado poco fútbol y algunas sorpresas. En primer lugar, un grupo A que tiene al anfitrión en inmejorable posición de clasificación, a pesar de su inesperado empate ante México. Chile, con Sampaoli ha ratificado su poder ofensivo y con 5 goles es el equipo más anotador, aunque los aztecas con su equipo B desnudaron sus problemas defensivos. Veremos cómo afrontan el cierre del grupo y si el episodio de Vidal no les trae algún estrellón adicional. La sorpresa ha sido Bolivia que tras la poca recordada Copa 1997 en el Altiplano, volvió a ganar y está a un paso de volver a cuartos de final. La decepción ha sido Ecuador, pues tras un Mundial decente en 2014, lleva 2 derrotas en este nuevo ciclo de Quinteros. Seguramente se sacarán chispas contra México. Este grupo ha presenciado el único partido con más de un gol de diferencia: El partido inaugural.
El grupo B ha alojado a los finalistas de 2011, al gran candidato y al invitado caribeño. Grupo muy cerrado y con tres 1-0. Las 2 derrotas de los jamaiquinos han mostrado el declive charrúa por un lado y por otro, el inicio de un nuevo ciclo guaraní al frente del siempre ganador Ramón Díaz. Los juegos de Argentina mostraron claroscuros. Contra Paraguay, un PT brillante (junto al de Colombia ante Brasil, lo mejor de esta Copa hasta ahora) pero un ST decepcionante que mostró las fisuras de una defensa que había terminado Brasil 2014 en altísimo nivel, a pesar de aquel maldito gol de Goetze. Un 2-2 frustrante y un duelo con todas las de la ley en el Clásico del Río de la Plata, donde superó a Uruguay con mucho vértigo, jerarquía y un gran Pastore. En el cierre de la zona, se espera que Messi nos brinde algo más a los privilegiados que lo hemos disfrutado estos años, que el Tata encuentre el equipo ante Jamaica y la reedición de la final de 2011 con pierna fuerte a granel, partido en el
cual seguramente los 22 no terminarán.
Y el grupo C, muestra una paridad absoluta. Todos con 3 puntos y cualquier cosa puede pasar. Brasil y Dunga, en trance de superar el 7-1, ha formado un equipo donde sólo Neymar es descollante. De resto, obreros. Y juega a no perder. Así le ganó a Perú y no le alcanzó para empatar con Colombia. Y aunque como es sabido, llega sin su estrella al último juego, creo que debe pasar sobre Venezuela. Perú inicia un enésimo nuevo proceso con Gareca, uno de los 6 DT gauchos y ha mostrado cosas interesantes, sobre todo en el primer juego. Creo que con el tiempo, será un hueso duro de roer en las próximas Eliminatorias. Venezuela en su ley, tras 2 eliminatorias muy decentes y la llegada a semifinales en la última Copa de 2011. Futbol aplicado y cerrado a ultranza. Les funcionó contra Colombia, ganando bien, pero no fue suficiente frente a los incas.
Y Colombia? Llegó a la Copa como candidato natural, tras un Mundial impecable, con un DT serio y un proceso de 3 años muy sólido. Pero, con muchas dudas atrás, con defensas que no juegan en sus clubes, con 4 delanteros de élite y la expectativa de la consolidación de James tras un 2014 alucinante. El primer partido, una extraña decepción. Venezuela, como es costumbre, se fajó ante la Tricolor y superó claramente a una selección sin respuestas. Y lo peor, 3 días después nos esperaba el Demonio. Pero vino el exorcismo. Un triunfo clave, y 24 años después se derrotó al Scratch, de nuevo en tierras chilenas. Victoria vital, por el futbol y los puntos, pero más que todo por lo mental y por alejar el amargo recuerdo del Castelao, un año atrás. Si se sigue jugando así, estamos para cualquier cosa. El domingo a confirmar el cambio de mentalidad, ante un rival siempre duro. Vale recordar que nos eliminaron en 2011 cuando ya hacíamos cuentas del rival de semifinales. Aquella tarde triste en que
Bolillo terminó con 5 delanteros, una “revolución”, producto del desespero y la improvisación.
Así se llega a la última fecha de la fase de grupos de una Copa, en la que aún lo mejor está por llegar. Una Copa América sin Jogo Bonito y con mucho físico. Pocos goles, y poco fútbol, consecuencia lógica del cierre de temporada. De aquí al domingo, quedarán 8 en carrera. Vamos a mitad de camino. Desde cuartos de final, probablemente tendremos menos goles, partidos más cerrados, pero quizás mejor futbol. Esperemos que aparezcan los que saben, aunque las emociones no van a faltar. Y si no perdemos el rumbo, Colombia estará entre los 8. Y de ahí en adelante, estamos para pelear con cualquiera. Pero aún falta mucho. Y ojalá la ruta llegue hasta Santiago. Y que no quedemos al lado del camino. A pesar de que ahí, según Fito, “es más entretenido y más barato”.
Germán E. Ocampo Gómez
Cali, Junio 19 de 2015 |