Se acabó la espera. La última imagen en Mundiales nos lleva a Lens (Francia), el 26 de Junio de 1998, viendo como Faryd Mondragón después de evitar un desastre mayor, rompe en llanto y solamente encuentra consuelo en Seaman, el arquero inglés (La nobleza británica, como siempre) mientras sus compañeros siguen de largo. El Pibe cambia camiseta con Beckham y la imagen es el resumen del momento. Es el final. “Se acabó” dijo El Tiempo. La era Maturana- Gómez llegaba a su fin. Supuestamente, pues no fue así. Lo que nadie pensaba era que 16 años después, estaremos viendo de nuevo a Faryd en un Mundial, ilusionados en que ésta sea la “selección que nos saque de pobres”, como dice un amigo.
Pasó mucha agua por el puente para llegar al Mineirao. En 1998 se perdió la oportunidad de iniciar un proceso con un DT extranjero, cuando incluso sonó Scolari, antes de irse a Palmeiras, ganar aquella Libertadores y ser pentacampeón del mundo. Mientras tanto, tuvimos que ver 3 Mundiales seguidos por TV, y nos convertimos en el sexto equipo de la Conmebol, siempre peleando el cupo de repechaje con la Celeste. Tras toda clase de nombres y ensayos, todos nacionales, y de reciclar 2 veces a Pacho Maturana con lamentables resultados, a pesar de ganar una Copa América en 2001 tras la ausencia de la Argentina de Bielsa, los problemas se dieron por nuestra miope dirigencia, la cual no le apostaba a un verdadero proyecto.
Desde la anterior clasificación a Francia 98 con “Bolillo” Gómez se dejó un mal precedente, al renunciar al trabajo en categorías juveniles y aquello fue el germen para posteriores eliminaciones. Pero, en 2003, se tuvo la buena idea de iniciar un proceso en juveniles con Eduardo Lara y Reinaldo Rueda, el cual dio frutos, con el regreso a los Mundiales de las categorías llegando a semifinales en ambas citas de 2003, un título sudamericano Sub-20 en 2005, y con un buen desempeño de Rueda en las eliminatorias de Alemania 2006, faltando poco para clasificar al circo que le dejó Maturana, hundido en el fondo de la tabla.
Pero lo más importante fue la camada de jugadores (Aguilar, Falcao, Guarín, entre otros), la cual fue hábilmente heredada por "Bolillo" cuando volvió en 2010 a la Selección con el objetivo de ir a Brasil 2014. Y tras una Copa América 2011 muy digna, llegó lo impensado y el proceso Gómez, llegó a su fin tras una sesión de golpes en las afueras de un bar en Bogotá, recordada por todos, en medio del escándalo nacional. Y entonces, la difícil labor de buscar reemplazo a un mes de la Eliminatoria. Vino una primera negativa del "Tata" Martino para caer, sin mucha convicción, en la entrega del timón a Leonel Álvarez, quemado tras el triunfo argentino en la cuarta fecha en Barranquilla, a pesar de los 3 puntos clave en La Paz. Y la sensación era que Brasil 2014 sería de nuevo por TV. Afortunadamente los astros se alinearon y la Federación pensó en grande por primera vez en tanto tiempo y enfiló baterías de nuevo hacia Martino, sin éxito, pues el Tata prefirió a su querido Newell's. Y cuando
se esperaba lo peor, llega la noticia de José Pekerman. Un acierto, sin duda. Como dijo Jorge Barraza, "José es un estudioso del juego, pero ante todo, un caballero, un docente, un hombre que ve muy bien el fútbol y sabe transmitirlo verbalmente".
Y así fue. Con su cuadrilla, su trabajo silencioso, guardó distancia de la prensa nacional y siguió estudiando a los jugadores, que ya venía analizando. Por supuesto, aprovechó la buena materia prima con que contaba, añadiendo jugadores de experiencia, y devolviendo la autoestima a un equipo que la había perdido. No era fácil, pues hacía 31 años no teníamos un DT extranjero, desde la época de Bilardo. Y fue la persona idónea por formación, visión de juego y manejo de proyectos a largo plazo. Así lo había demostrado en las selecciones juveniles argentinas con 3 Copas del Mundo y en Alemania 2006 cuando estuvo a punto de sacar a los locales en el propio Berlín, antes de aquellos malditos penales.
El resultado es conocido por todos. Una Eliminatoria brillante, 30 puntos, segundo lugar en la zona y la clasificación, una fecha antes. Y un equipo que se volvió un local inexpugnable y un visitante con mucha autoridad, siempre proponiendo. Tras un comienzo vacilante en Lima y Quito (A pesar de los 3 puntos frente a los peruanos), vino el despegue en Barranquilla ante Uruguay en el primero de muchos viernes gloriosos en La Arenosa, y la consolidación ante los chilenos en Santiago, en el mejor partido de todos. De ahí en adelante, no paró más. Y como cereza del postre, se logró incluso ser tercero en el ranking FIFA y sostenerse entre los 8 primeros, lo que nos dio la opción de ser cabeza de serie, por primera vez en la historia.
Ahora, la ilusión es alta y aunque la zona no es fácil, creo que está todo dado para pasar de ronda y llegar a octavos, donde seguramente esperará un ex campeón del mundo. Y ahí, buscar llegar a los cuartos de final, la frontera natural de este sueño y lograr la mejor presentación de la historia. Pero primero esperan Grecia y su muro, Costa de Marfil y sus individualidades, y Japón y su orden. Afortunadamente, a diferencia de 1994, la espera no ha tenido el triunfalismo de antes. Equipo hay, con 20 jugadores militando fuera del país, una mezcla interesante de experiencia, juventud y nuevos descubrimientos. El inconveniente lamentable han sido las lesiones que han dejado por fuera a 3 piezas claves del proceso, incluyendo a Falcao, nuestro único jugador de élite mundial, alguien que infunde respeto al rival con y sin balón, como lo comprobé en Septiembre pasado en Barranquilla cuando lo vi frente a Ecuador, en el único partido que he podido estar cerca de esta selección.
Llegó la hora. Algo ha pasado desde Lens hasta Belo Horizonte, y la clave llegó desde Buenos Aires. Pekerman ya nos trajo hasta acá. Esperemos llegar lo más lejos posible. Como dije en 2012 cuando llegó el DT argentino, "si tenemos visión y paciencia, Pekerman nos puede dar algo más que una ida a un Mundial". Y lo está logrando.
Suerte Colombia!!!
Germán E. Ocampo
Cali, Junio 14 de 2014 |