Lo leí en El Gráfico: “No hay medalla más
importante que el reconocimiento al
estilo”. Lo dijo Johan Cruyff, de alguna manera arquitecto de esta
España, merecida
campeona del Mundo y quién curiosamente hoy está de nuevo en la vereda
del frente,
la de los perdedores, pues sus compatriotas holandeses son subcampeones
por tercera
vez. Y fue justo, aunque España no fue uno de los campeones más vistosos
de la
historia, y de hecho fue el que menos goles anotó en 19 ediciones,
solamente 8. Pero
eso le bastaba, pues sólo le hicieron 2 goles. Trabajaba los partidos y
el 1-0 en 4
juegos seguidos fue suficiente.
La razón es simple: la tenencia del balón. Este equipo, curiosamente por
su escuela
holandesa, esa que llevó Cruyff a Barcelona en 1.973 como jugador y en
1.987 como
entrenador y que luego difundieron a su manera Louis Van Gaal y Frank
Rijkaard y que
hoy ha llegado a su máximo esplendor de la mano de Guardiola, hace del
control del
balón, así como el actual Barca, su dogma. No recuerdo otro campeón del
mundo que
jugara así. Y si bien, la selección no es el Barca, si tiene ese hilo
conductor. En la final
había 6 jugadores culés y los 2 arquitectos del medio campo son
azulgranas: Xavi e
Iniesta, extraordinarios jugadores. Pero lo curioso es que aunque los
entrenadores de
este exitoso ciclo español 2.008 – 2.010 son de las escuelas madrileñas:
Luis Aragonés
y Vicente del Bosque, la esencia del Barcelona se sintió en estos
triunfos. El futbol
es así, pues alguna vez también leí en El Gráfico que Maradona existió
porque antes
estuvieron Pedernera, Di Stefano y Moreno. Así pasó con España, este
equipo existe,
porque antes hubo una tal Naranja Mecánica, pero los frutos han brotado
en Cataluña,
no en Ámsterdam. Y causalmente, no por casualidad, la máxima conquista
ibérica llegó
frente a Holanda.
Holanda fue la misma fría y calculadora de todo el Mundial, llegando al
punto máximo
en cuartos con la eliminación de un Brasil al que se le cayó la
estantería de 3 años en
45 minutos. Pero en la final Holanda tradujo esa fortaleza en un
festival de patadas
irreconocible para un favor tan rico y vistoso. Van Bommel es un digno
Picapiedra que
uno no se explica como terminó el partido. Lo más triste es que cando
Holanda jugó al
futbol puso en serios aprietos a España, tal como lo dijo el mismísimo
Xavi. Pero eso
fue a cuentagotas. Tal vez la jugada clave del juego fue la famosa
atajada con el pie
de Casillas a Robben, lo que en mi concepto junto al ingreso de Fábregas
fueron los 2
momentos determinantes, obviamente junto al gol de Iniesta, más grande
que aquel
de Stamford Bridge en la mágica Champions de 2.009. Y ese gol, como
aquel, hizo
justicia. Lástima por Holanda, con quien el futbol sigue en deuda. 3
finales perdidas,
esta vez no fue frente al anfitrión, pero algún día llegará la
recompensa. Ya le llegó a
Francia, ahora a España, y faltan los naranjas, para cerrar el club de
los campeones.
Dentro de los otros 30 equipos, hay que decir que Alemania fue mucho más
que en
2006, aunque terminara en el mismo puesto. Este equipo tiene mucho
futuro y la
base que está construyendo Low es muy sólida, pensando en el 2014. Un
equipo
alemán fuerte y que juega bien, pero que se encontró con el mejor
partido del futuro
campeón. Y con esto, un Mundial que pintaba sudamericano, terminó con
podio
europeo. Sobre Sudamérica, me uno a las palabras de Daniel García-Peña
en Julio
7: “América mostró mucho talento y gran emoción pero poco trabajo en
equipo y
menos cabeza fría” Cualquier parecido con la realidad de nuestros países
no es una
mera coincidencia. El mejor fue Uruguay y el maestro Tabárez aprovechó
la fortaleza
del grupo y un calendario que se hizo manejable al pasar primero de su
zona y con
la decepción inglesa en el grupo C. Forlán fue con justicia, el mejor
del torneo. Sobre
Chile y Paraguay, el balance fue altamente satisfactorio y ambos
tuvieron en jaque al
futuro campeón en diferentes fases. Finalmente los 2 grandes, como en
2006 volvieron
a quedarse en cuartos de final, con las frustraciones de quedar muy
lejos de lo que sus
potenciales ordenan. Lo de Argentina fue muy duro y definitivamente el
“10” nunca
leyó con claridad el partido decisivo (ver columna anterior) Una
lástima, porque me
alcancé a ilusionar con un final feliz. Ojalá sea en Río en 4 años,
aunque algo me dice
que Brasil tiene todos los boletos comprados para evitar un nuevo
Maracanazo. Pero
ojo que Messi tendrá 27 años en 2014, en la plenitud, como Maradona en
México 86.
Todo llega y todo pasa. Las vuvuzelas y el pulpo Paul (q.e.p.d), los
verdaderos
protagonistas, son historia. Sudáfrica cumplió y por fin un equipo
europeo se coronó
fuera del Viejo Continente y por vez primera el local no pasó de ronda,
Nueva Zelanda
fue el único invicto, Francia protagonizó un sainete e Italia no ganó un
solo partido.
Algún día tenía que pasar…
2.010 coronó a un nuevo campeón. España llegó como favorita, empezó
perdiendo,
pero al final se fue campeona. Y con un estilo contrario a la antigua
Furia. Es otra
España y los triunfos en todos los deportes no son gratuitos. Creo que
este ciclo
a lo mejor tenga su cierre en la Euro 2012, pero difícilmente tenga otro
mundial.
Y Sudáfrica fue el mejor escenario para un campeón que respeta al balón
y lo
trata de tener todo el tiempo. Un campeón que nació en Ámsterdam y se
coronó en
Johannesburgo, haciendo escala, para fortuna nuestra, en el Camp Nou. En
buena
hora matadores, aunque hayan prohibido las corridas en Cataluña…y Olé!
Germán E. Ocampo
Cali, entre Julio 12 y Diciembre 31 de 2.010
PD: Con esto terminan, ahora si oficialmente mis contribuciones a El
Pito en Sudáfrica
2010. Fue un placer, como siempre y espero que tengamos este contacto en
6 meses
en la Copa América de Argentina en 2.011... Un abrazo y Feliz Año |